Idea Central: “Si se enojan, no pequen’. No dejen que el sol se ponga estando aún enojados” —Efesios 4:26
Mensaje para hoy:
Lo hice otra vez. Ni siquiera tengo una razón legítima. Y no es como que no ha pasado antes. Lo confieso: perdí los estribos. Lancé un berrinche como un niño en edad preescolar cuyos padres se negaron a comprarle un helado.
La vida me sorprende en ocasiones, pero mi temperamento no debería hacerlo. Sin embargo, ¿de dónde sale ese monstruo enojado? Y, ¿ hay alguna esperanza para domarlo?
El versículo de hoy da al menos una pista a la raíz del problema y una posible solución: no toda la ira es mala. La manera en la que procesemos la ira es lo que puede causarnos daño a nosotros mismos y a la gente que amamos. El hecho de que nos sintamos enojados, no significa que estamos condenados—la ira y el pecado no son lo mismo.
Este versículo nos da una solución muy clara. Haz frente a tu ira rápidamente. No te vayas a la cama enojado. Esto puede parecer simplista, pero es un gran consejo práctico. Trabajar a través de tu ira no necesariamente significa que el problema está resuelto; simplemente significa que has lidiado con las emociones negativas.
Aunque puedes sentirte incómodo en el corto plazo, a largo plazo ¡vas a dormir como un bebé!
Considera esto:
¿Cuál es el mejor consejo que has recibido acerca de lidiar con la ira?
¿Qué te causa más enojo ahora mismo?
¿Qué haría falta para que pudieras lidiar con tu ira lo más rápido posible?
Toma acción:
Vuélvete más consciente de ti mismo echando un vistazo a las últimas tres veces que te enojaste mucho. Si tu arrebato fue un síntoma, ¿cuáles son algunas de las cosas que podrían estar causando tu problema? Planea con anticipación cómo puedes proteger tu vida de respuestas dañinas y airadas. Pídele a Dios que te ayude a encontrar soluciones para tu ira.
¿QUIERES CONOCER A DIOS PERSONALMENTE?
Dios nos ama y tiene planes increíbles para nuestras vidas, pero ¿cómo llegamos allí?
Los siguientes pasos trazan un camino claro que Dios preparó para que encontremos una relación con Él.